Pensemos en una organización que durante varios años se ha manejado cómodamente, generando ingresos económicos acorde a lo que estima es su realidad y con una cultura organizacional “estable”. Como sabemos los cambios son constantes ( es decir todos los días estamos expuestos a cambios) y más aún en las organizaciones ya que su principal activador es la evolución del negocio, lo que se traduce en la rentabilidad superior para lo que es importante ser estratégicos.
Al cabo de varios años (hasta hoy) se hace más evidente la revolución de la transformación digital en donde las automatizaciones de procesos no se hacen esperar, y nos auto-convencemos de que la prioridad es automatizar los flujos de trabajo (entre otras cosas) porque, creemos que así seremos más efectivos y eficientes. Sin duda alguna esto puede ser cierto, pero primordialmente, necesitamos pensar en nuestro recurso humano detrás de la tecnología.
Desde hace 15 años la tasa de fracaso para la transformación organizacional está entre el 60-90% ([1] Excellence in Execution, 2017) como consecuencia de su ejecución en la desconexión de las personas.
¿Que implica la transformación en una organización más allá de lo digital?
[2] La transformación hace referencia a una organización que logra una mejora sustancial y sostenible en el desempeño, que transforma al mismo tiempo la mentalidad de los empleados y, por ende, la cultura organizacional. Estas mejoras implican centrarse en varios factores como la tecnología, digitalización, procesos, automatización, entre otros, considerando como factor central a las personas.
Transformación centrada en las personas.
El Recurso Humano es lo más valioso que tiene una organización, y en una transformación es importante articular esfuerzos en paralelo a la parte tecnológica para despertar en nuestro equipo de trabajo, el deseo de apoyar y trabajar alineados a la visión estratégica. Para esto es importante considerar los siguientes aspectos de liderazgo:
●Conocer a las personas: el líder debe estar atento al comportamiento de su Recurso Humano, conocer su estado emocional y entender actualmente como aporta valor en la organización. De esta manera podrás identificar comportamientos y creencias que serán la base para establecer los mecanismos necesarios para llevarlos al estado deseado (también aplica en el proceso de conocer a nuestros clientes para lograr una transformación de gran beneficio para todas las partes).
● Conectar con las personas: en primera instancia para conectar con las personas debemos gozar de autenticidad, credibilidad e inspiración. Tal como hace mención la deontología [3] Kantiana, el cual nos invita a que mantengamos los siguientes principios: deber, dignidad/respeto y buena intención (Kant, 1785/1993). De este modo, puede construirse y alimentarse relaciones auténticas con las personas; aumentando la credibilidad; y así, el liderazgo se vuelve coherente y fiable, y las personas aprenden a confiar en el proceso y administración de la misma.
Por otro lado, para conectar con las personas hay que involucrarlas desde el inicio de la transformación, explicarle lo que queremos lograr, es decir el “por qué” de la transformación y brindarle espacios para que puedan expresar sus aportes durante el proceso. Aquí ganarás la identificación de los primeros iniciadores y seguidores de la transformación.
●Empoderar a las personas: por naturaleza el ser humano le teme a lo desconocido, es decir a lo nuevo (transformación) y, por otro lado, le teme a perder el poder de algo que está bajo su total control. Empoderar a las personas para que tengan la capacidad de tomar decisiones, diseñar experiencias alineadas a la transformación e implementar estrategias da como resultado un equipo comprometido y una organización más fortalecida.
Un ejemplo de esto es el caso de Bill Gore ([4] W.L. Gore & Associates), inspirado en el libro “el lado humano de la empresa” de Douglas McGregor; Bill fundó su empresa con atributos como: sin autoridad fija o asignada, liderazgo natural, imparcialidad, compromiso y libertad, profesando la frase: “los líderes no deben dar órdenes, sino que deben conseguir el compromiso de cada individuo”.
●Visionar con las personas: cada transformación debe tener una visión estratégica que inspire tanto al equipo de trabajo como a los clientes. Al crear la visión debes pensar cómo aporta valor a todas las partes (como se alinea con las aspiraciones internas y externas) y a su vez cómo impactará en la rentabilidad económica de la organización.
●Preparar a las personas: no hay transformación sin avance en las capacidades técnicas. Para esto debemos brindarle las herramientas necesarias para propiciar las oportunidades de desarrollo y crecimiento oportuno del recurso humano. En este mismo contexto se aplica la [5]economía de proyectos que tienen como base la preparación de talentos de la organización para la entrega de valor.
“El cambio no vendrá si esperamos a otra persona o en otro momento. Somos los que hemos estado esperando. Somos el cambio que buscamos”
Barack Obama
Raisa Rosero Daniels (PMP®, Scrum Master)
[1] Speculand, Robin. Excellence in Execution – HOW to Implement Your Strategy. Barbara McNicol, 2017.
[2] Pashara, Sunil & Tabrizi Behnam. The Brightline Transformation Compass. 2020.
[3] Diana C. Sisson, Shannon A. Bowen, (2017) «Reputation management and authenticity: A case study of Starbucks’ UK tax crisis and “#SpreadTheCheer” campaign», Journal of Communication Management, Vol. 21 Issue: 3, pp.287-302, https://doi.org/10.1108/JCOM-06-2016-0043 Permanent link to this document: https://doi.org/10.1108/JCOM-06-2016-0043
[4] Eseune Business School. Master Business Administration – Cultura para el cambio y la aceleración.
[5] Project Management Institute. Informe PMI 2021 Pulse of the Profession® 2021. https://www.pmi.org/the-project-economy/reports